sábado, 3 de noviembre de 2012

You can be everything I need.

Josh

Creo que llevo unas copas de más. Creo y sólo creo. Si giro la cabeza demasiado rápido me  mareo. Pero bueno, ¿qué más da? Es el cumpleaños de Dan. Sólo se cumple años una vez cada... bueno, una vez al año. Madre mía, igual sí que estoy más borracho de lo que pienso.
Miro a mi alrededor en busca de mi novia, pero no soy capaz de encontrarla. Realmente creo haberla perdido de vista hace un buen rato. Lástima, podría haberme acompañado al baño. 
Ahora tendré que ir yo solo, porque necesito mojarme la cara y despejarme o si no acabaré volviendo a gatas a casa.
Suspiro largamente antes de levantarme del sofá situado en una esquina del local donde me encuentro; pero me tambaleo y tengo que apoyarme en una columna, desde donde escucho las carcajadas de Max y de Chris.
- Se mueve el suelo, ¿eh chaval? -se burla de mí Chris, alzando su copa en el aire.
Murmuro un "que te den" mientras trato de no reírme y echo a andar hacia los baños. 
En cuanto consigo alcanzar mi objetivo, entro cerrando la puerta, apoyándome contra ella y cerrando los ojos con cansancio.
Siento el mundo dar vueltas a mi alrededor a causa del alcohol. Odio esa jodida sensación.
Inspiro una gran cantidad de aire antes de sacar las fuerzas para moverme hasta los lavabos, pero hago un movimiento demasiado brusco y tropiezo con mis propios pies. 
Mierda. 
Aprieto los dientes esperando el impacto contra el suelo, pero ese impacto no llega. Entreabro los ojos para ver cómo unos fuertes brazos me sujetan impidiéndome caer, y al subir la mirada mis ojos se cruzan con otros de color azul celeste.
- Imbécil -sonríe Dan- ¿Estás bien?
Abro la boca para decir algo, pero la vuelvo a cerrar enseguida.
- Vodka -añade el rubio, con el ceño fruncido, ante lo que yo asiento- Eres masoca.
- Uhm. Un poco -por alguna razón me cuesta pensar con claridad teniendo a Dan tan cerca, por lo que me separo de él, y me apoyo en el frío mármol de los lavabos del baño. 
Dan me mira extrañado, con una ceja enarcada.
- ¿Seguro que estás bien, Josh?
- S-sí. Es sólo que... no sé. Se me pasará si meto la cabeza debajo del grifo -susurro, y me doy la vuelta, dispuesto a hacerlo.
Abro el grifo y dejo caer el agua por mi frente, por mis mejillas, empapando parte de mi pelo, mientras yo disfruto de la sensación que eso me produce.
Cuando siento a Dan colocar una mano sobre mi espalda y me sobresalto, dándome con la manilla del grifo en la cabeza.
- Ay. Mierda -me incorporo, llevándome la mano a la parte dolorida.
Dan contiene la risa a mi lado, y se rasca la cabeza sin saber muy bien qué decirme.
- Esto... Josh... -veo como se muerde el labio inferior en un intento de no reír, y mi corazón da un vuelco.
- Te agradecería que dejases de hacer eso.
El rubio me mira enarcando las cejas mientras sonríe de medio lado, al parecer, divertido.
- ¿Hacer el qué?
- Lo sabes bien.
Su sonrisa se ensancha al escuchar mis palabras.
- ¿Por qué? ¿Te molesta?
Trago saliva, sin apartar la vista de sus ojos y me quedo en silencio. Él se acerca a mí, y me aparta uno de los mechones de pelo mojados de la cara.
- ¿Eso es un sí o un no?
Mierda. Joder.
Resoplo. Me está poniendo malo, y el alcohol no ayuda.
Mi mirada baja inintencionadamente hasta sus labios, y es mi cuerpo el que parece reaccionar solo, tirando de la camiseta de mi compañero de grupo hasta hacer que sus labios choquen con los míos.
Le pillo desprevenido por completo, pero no tarda en reaccionar, devolviéndome el beso, empujándome hasta que mi espalda de topa con la pared. Deslizo mis manos por su vientre, bajo la fina tela de su camiseta, haciendo que se estremezca  y me muerda un labio, pegándose más a mí, si es que eso es físicamente posible.
Recorre mi espalda con sus fríos dedos, que no hacen más que calentarme cada vez más. Yo beso su cuello, dándole pequeños mordiscos, provocando que un pequeño gemido ahogado se le escape.
- Josh... -susurra junto a mi oído, con un tono de preocupación en la voz.
- Sh -vuelvo a besarle en los labios, de forma que no pueda seguir quejándose, y casi con un suspiro me devuelve el beso de nuevo, con pasión.
Busco con mis manos la hebilla de su cinturón, y lo desabrocho mientras él se dedica a mordisquear mi oreja y mi cuello, consiguiendo que me cueste concentrarme en cualquier cosa que me proponga hacer. 
Finalmente lo consigo, y una vez llegados a este punto, dejo que mis manos hagan lo demás, haciendo a Dan jadear, con sus labios prácticamente rozando los míos. Aumento la velocidad en la que se mueven mis manos, y los jadeos del chico rubio se vuelven gemidos. Coloca una mano en mi nuca y me atrae hacia él, besándome con fiereza, de una manera en la que cada parte de mi cuerpo de estremece con ello. 
Hasta que la puerta del baño se abre de repente, haciendo que nos sobresaltemos y nos giremos los dos a la vez para mirar a la chica que acaba de entrar y nos mira entre sorprendida, decepcionada y enfadada.
Es la novia de Dan.
- Icíar... y-yo.. -Dan trata de articular alguna palabra un tanto coherente mientras vuelve a abrocharse los pantalones, avergonzado.
- No, Dan. No digas nada -susurra, con los ojos llenos de lágrimas, volviendo sobre sus pasos con lentitud.
- Puedo... puedo explicártelo. Esto no es lo que..
- Olvídalo. No quiero saberlo.
La chica morena sale del baño con un portazo y Dan va detrás, tratando de alcanzarla. Pero no llega mucho más lejos, pues se detiene al verla hundir la cabeza en el hombro de un chico con mechas azules, que le acaricia el pelo para que se tranquilice, y poco después, cuando lo consigue, se la lleva fuera de allí.
- Mierda -susurra Dan, cerrando los ojos, dándole un puñetazo a la puerta, con rabia.
Y yo... yo me quedo ahí, sintiéndome estúpido y sin saber qué decir o hacer.


Entreabro los ojos, a causa del exceso de luz que entra por la ventana, y hago un gesto de dolor al sentir como si algo me estuviera taladrando la cabeza. Mierda de resaca.
Suspiro, y me giro para ver a Eli dormir plácidamente a mi lado. Esbozo una media sonrisa, tratando de recordar algo de lo que pasó anoche. Pero mi mente no va más allá de Chris riéndose de mí... y de, creo, haber conseguido llegar hasta el baño. 
Después de eso, nada.
Resoplo, cuando me llega el sonido de una conversación algo subida de tono al final del pasillo, con un par de portazos de por medio.
- Ogh. Que hay gente con dolor de cabeza -murmuro entre dientes.
Por cosas como estas es por las que a veces odio con toda mi alma compartir piso con los otro cuatro idiotas de la banda. En algunos casos con sus novias y/o ligues también.
No si resignación me decido a levantarme de la cama, al menos para decirles que se callen. 
Salgo de la habitación sin hacer ruido y me acerco de la misma forma hasta la puerta de la habitación de Dan, que está entreabierta y es de donde al parecer proviene la discusión.
- Icíar, por favor, déjame que al menos te lo explique -suplicaba Dan.
- Es que no hay nada que explicar. ¿Nunca has oído eso de que una imagen vale más que mil palabras?
Puedo ver por el reflejo de uno de los espejos de la habitación cómo la chica recoge sus cosas de uno de los armarios. Dan se pasa la mano por el pelo y resopla.
- Ya te he dicho que lo que pasó entre Josh y yo fue un error a causa del alcohol.
Espera, espera, espera. ¿Con Josh? ¿Qué Josh? ¿Conmigo? ¿Qué había pasado anoche para que estos dos estén discutiendo de esta manera?
Me apoyo en la puerta para poder escuchar mejor, pero cometo el error de olvidar que está abierta, y al apoyarme se abre del todo, por lo que yo casi me caigo, de no ser porque me agarro al picaporte.
Dan pone los ojos en blanco y su chica resopla.
- ¿Q-qué pasa? -pregunto, revolviéndome el pelo, algo avergonzado por mi entrada estelar en escena.
- Oye, Josh, no es el mejor momento -contesta Dan.
- Si yo ya me iba -repone Icíar, indiferente, cogiendo sus cosas.
- Me refiero a que qué pasó anoche.
- Que te lo cuente tu amigo -replica ella, saliendo de la habitación, dándome un pequeño empujón.
- Pero... -Dan trata de hacerla volver, pero lo da por imposible y suspira, dejándose caer sobre su cama.
- ¿Dan? -frunzo el ceño, mirándole interrogante.
Pero no me contesta.
- ¿Dan? ¿Qué es lo que pasó anoche? -insisto.
Vuelve a hacerse el silencio en la habitación, y cuando pienso que ya no va a contestarme, se levanta de la cama y sale, pasando por mi lado sin mirarme si quiera.
- Nada.
Me quedo clavado en el sitio, con el ceño fruncido, mirando hacia el lugar por donde acaba de marcharse Dan, sin entender nada.
¿De qué coño va todo esto?
Un par de minutos después, Eli sale de nuestra habitación, aún medio dormida, y se acerca a mí para darme un beso y susurrar un "buenos días"; pero al verme sin apenas reacción alguna, su expresión cambia.
- ¿Pasa algo, Josh?
La miro, enarcando las cejas.
- No lo sé -murmuro.


Dan

Han pasado ya más de dos semanas desde mi cumpleaños. Desde mi cumpleaños, y desde mi fiesta de cumpleaños. De la cual cual Josh no había dado señales de recordar absolutamente nada. 
Llevo evitándole prácticamente estos dos semanas enteras, porque cada vez que le veo aumenta el número de preguntas que hace, y yo estoy demasiado confuso como para contestármelas a mí mismo si quiera.
Es cierto que echo de menos a Icíar, pero no la culpo por haberme dejado. Yo también lo habría hecho. Ahora sale con un tal Ramsay, que supongo que será aquel chico del la discoteca. En el fondo la peor parte es haberla perdido a ella por un caso ya perdido. O  lo que es lo mismo, Joshua.
Hace un par de días que ha cortado con Eli, pero ni siquiera sé el motivo concreto. Supongo que ni la misma chica le aguantará. 
Yo he llegado a la conclusión de  si  no lo recuerda, es porque lo que pasó no fue más que producido por todo el alcohol que llevaba encima.
Suspiro largamente y aprovechando que estoy solo en casa, me voy hasta la sala de ensayos provisional que tenemos montada en el desván. 
Echo mano de un par de baquetas que tengo que estirarme para coger en la estantería; cuando la puerta de cierra de golpe a mis espaldas y me hace pegar un salto a causa del susto, dándome con una de las baldas en la cabeza.
- Hostia puta -suelto en voz alta, pensando que es a causa de una corriente.
- Lo siento -oigo a Josh disculparse detrás de mí.
Me giro y me le quedo mirando.
- ¿Tú no te habías ido con los demás?
- Es obvio que no -frunce el ceño, con una media sonrisa. La que pone cuando quiere hacerme entender que piensa que soy tonto.
Chasqueo la lengua.
- Ya bueno, ya lo veo.
Ríe,  y sacude la cabeza, sentándose en el suelo con la espalda pegada a la pared.
- Tenemos que hablar, Dan. No puedes seguir evitándome toda tu vida. Vivimos juntos, ¿sabes?
Suspiro, dándome por vencido, y me siento a su lado, aunque guardando las distancias.
- Está bien. Hablemos pues.
Espera a que yo diga algo más, pero no lo hago, por lo que empieza a hablar él.
- Ya sé lo que pasó en la fiesta -abro mucho los ojos y le miro, entre sorprendido y asustado.
- ¿Quién te lo ha contado?
- Nadie.
- ¿Entonces? No entiendo nada.
- Tan sólo fingía haberlo olvidado para ver cómo reaccionabas en los próximos días. Pero... no.. reaccionas.
- Espera. ¿Me estás diciendo que te acuerdas de todo desde el principio?
- Bueno... la resaca no me dejaba pensar muy bien el primer días, pero luego...
- Joder, Josh, ¿por qué no me has dicho nada?
Él baja la mirada, clavándola en el suelo.
- Porque dijiste que había sido un error producido por el alcohol. Y juntándose con tu forma de evitarme de los últimos días... pensé... pensé que no querrías saber nada de mí.
Le miro, con el ceño fruncido, sin decir nada. Y nos quedamos en silencio un largo rato. Finalmente me mira, con una chispa de tristeza en la mirada.
- Yo... en fin, que... tal vez haya sido todo un error. Lo... lo siento -susurra, levantándose del suelo.
Pero yo le agarro de un brazo y le hago volver a su sitio.
- Espera.
Me mira, esperando que le suelte cualquier excusa para tratar de arreglarlo.
- Yo... tan solo te evitaba porque pensé que tal vez si no te acordabas era porque no había nada de lo que acordarse. Porque no había sido nada más que un desliz con un par de copas de más. Pero yo... -me muerdo el labio, y suspiro- al menos por mi parte... n-no fue un error. Y no me arrepiento de ello en absoluto.
Josh me mira, con un atisbo de sonrisa en su cara, y veo como brillan sus ojos por un momento.
- ¿Hablas... hablas en serio? -asiento- Entonces... ¿no me odias ni nada por el estilo?
Sonrío.
- No más que de costumbre.
La sonrisa se hace más grande en los labios de Josh, que no tarda en pegarlos a los míos, fundiéndonos en un cálido beso.
- No quiero que olvidemos ninguno más a partir de este -susurra pegado a mi boca, con una media sonrisa, antes de besarme de nuevo.